Paraguay es un país localizado en el corazón de Sudamérica con vastos recursos naturales pero que históricamente estuvo aislado por su mediterraneidad basada en una economía eminentemente agro pastoril. No obstante, desde el año 2008 su PIB ha estado en franco crecimiento basado fundamentalmente en la estabilidad macroeconómica (con baja inflación y fiscalidad) y la continuidad de sus políticas pública durante varios gobiernos, entre ellos uno de los mejores ambientes de negocios de la región, el aumento del empleo y una marcada eficiencia de los sectores agrícola, servicios e industrial, lo cual ha permitido que un amplio sector de la población supere la línea de pobreza y se expanda la clase media al mismo tiempo de convertirse en una potencia agro industrial exportadora a nivel mundial, con crecientes niveles del aumento de las inversiones públicas y privadas (nacionales y extranjeras) en las dos últimas décadas.
Dicha matriz productiva, favorecida por la abundancia de energía que producen las tres centrales hidroeléctricas del Estado Paraguayo (entre ellas la Itaipú binacional compartida con el Brasil es que la segunda mayor en el mundo pero la primera con mayor producción de energía eléctrica), la logística que brinda la Hidrovía Paraguay Paraná (tercera vía fluvial de movimiento de cargas en el mundo) y el aumento de la producción y de la calidad de los productos derivados del cluster agro industrial han posicionado al país como un proveedor de alimentos a nivel mundial (1er productor de Stevia, 4° exportador de soja y 5° de aceite de soja, 6° de maíz y 7° de carne vacuna), lo cual está generando innumerables oportunidades de desarrollo de Economía circular y al mismo tiempo de desafíos para mantener la sustentabilidad a nivel país.
Entre las oportunidades, Paraguay ya desde hace varias décadas ha incorporado importantes factores de sustentabilidad en su matriz productiva, generando prácticas de gran envergadura que hoy en día son referencia a nivel mundial de lo que denominamos economía circular, entre ellas el ejemplo más destacable acontece en el sector energético siendo quizás el único país en el mundo cuyo 100 % de la electricidad generada proviene de fuentes hidroeléctricas y además constituyéndose en el primer exportador per cápita en el mundo de energía limpia y renovable, otro ejemplo importante desarrollado en el sector agrícola es que el 99% de la agricultura mecanizada de Paraguay está bajo siembra directa, ocupando la primera posición de la clasificación mundial en la práctica de siembra directa y estando el 99 % de la agricultura mecanizada del país desarrollada bajo este sistema de conservación de suelos.
También en el sector industrial el país ha desarrollado en el pasado importantes cadenas de valor que hoy día son ejemplos instalados de Economía Circular, teniendo como común denominador que todos los residuos recolectados en el país son procesados como materia prima secundaria al punto que en varias tipologías de residuos se requiere recurrir a la importación estacional de los mismos para poder dar abasto a las industrias existentes ya que las mismas, al mismo tiempo de abastecer al mercado local, hoy día son grandes industrias de exportación.
Esto actualmente acontece con la industria del reciclaje de papel y cartón, una fundición de vidrio con más de dos décadas de vigencia para la producción de botellas preferentemente destinadas a la producción de botellas de cerveza para el mercado local y su empresa vinculada en la Argentina, plásticos que entre sus múltiples subsectores vale la pena mencionar un nuevo ejemplo de desarrollo de economía circular ya que a partir del año 2022 se cuenta con una nueva industria procesadora de residuos de plástico destinada a la producción de resina reciclada PET que nuevamente es reutilizada para la producción de botellas para bebidas, lo mismo ocurre con los neumáticos fuera de uso (NFU) donde la primera industria recicladora se instaló en el mismo año y cuyos subproductos reciclados ya son exportados a cinco mercado del exterior, material ferroso que se exporta y que a nivel local se destina a otra importante industria que realiza la fundición para producir varillas de hierro de construcción a partir de la chatarra.
También existentes recicladoras para productos RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) y en el área de productos fitosanitarios (agroquímicos) la industria nacional líder en la producción cuenta con una recicladora y procesadora del plástico utilizado para los envases de dichos productos que se reciclan y se vuelven a manufacturar para el mismo fin.
En cuanto a los desafíos de sustentabilidad, el país se encuentra trabajando entre los sectores público y privado para reducir la utilización de biomasa y así evitar la utilización de sus bosques en favor de la abundante electricidad producida en el país; el cumplimiento de las normas ambientales – que como pocos países en el mundo existe una obligatoriedad de resguardo o prohibición de uso del 25 % de los bosques de las propiedades como reserva forestal en la región Occidental o Chaco y en la región Oriental existe una ley de “Deforestación Cero” – para la utilización y eventual expansión de la frontera agrícola; la gobernanza y cumplimiento de acciones de preservación en calidad y cantidad de sus enormes recursos hídricos (Paraguay es el segundo país de América por disponibilidad hídrica), y en materia agrícola todavía existe muchísimo campo para los modos de producción orgánica para proveer incluso mayor valor agregado de los productos o commodities hoy producidos en el país. En materia de residuos, todavía existen importantes tipologías de tipos de residuos (por ejemplo baterías y pilas) que todavía no cuentan con sistemas de logística inversa, disposición y reciclaje local de los mismos.
Por ende, el futuro de la sustentabilidad y las mayores oportunidades de Economía Circular son promisorios en el corto y mediano plazo. Definitivamente, la agenda de Economía Circular tuvo su impulso y su escalamiento a un nivel más institucional con el advenimiento de la pandemia del COVID-19 que ha acelerado la transformación económica no solo a nivel mundial sino también en Paraguay a modelos más sostenibles de producción y consumo.
Es así que en el año 2020 se ha fundado la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (CISPy), inicialmente con las cuatro mayores industrias del país (Industrias Yaguareté para papel y cartones; Fábrica Paraguaya de vidrios del grupo Ambev; BRASSUR para material ferroso y Compañía Recicladora CORESA para reciclaje del plástico), incorporándose en solo dos años otras cinco importantes empresas recicladoras como TECNOMYL (recicladora de envases plásticos para fitosanitarios), DARNEL (multinacional productora de envases de plástico), T&D Recycling recicladora de neumáticos; 3Cycle especializada en el manejo y reciclaje de residuos RAEE y F&F, conocida industria vinculadas al manejo de residuos de varias de las industrias mencionadas anteriormente, aglutinando así a la mayoría de las industrias que reciclan las diversas tipologías de residuos generados en el país. La CISPy es miembro de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), que a su vez ha incorporado políticas de sustentabilidad y ha tomado la bandera de la Economía circular, complementando ambos gremios en la visión dirigida a la promoción de la sustentabilidad en la economía nacional.
Fuente: IILA